El mito de Hades y Perséfone nos muestra como una figura inocente puede ser corrupta por una serie de eventos desafortunados. Y como el sufrimiento siempre lo suelen llevar terceros.
Sigue leyendo para una leyenda de la mitología griega que podrá sonar como un drama actual, pero es más que eso.
¿Quién es la diosa Perséfone?
Primero, hablemos un poco acerca de quién es la diosa Perséfone. Ya que esta es hija de Zeus, quien se reconoce dentro de la mitología como el “padre de Dioses y hombres”, y de Démeter, quien es la diosa griega de la agricultura.
La personalidad de Perséfone es un tanto bipolar, ya que puede ser una dulce joven que cuida la tierra al lado de su madre, y a los cultivos. Y por otro lado es una despiadada reina del inframundo, en especial cuando la vemos al lado de su marido Hades.
Tanto Démeter, como Perséfone, vivían alejadas del Olimpo (entendiendo a este como el peor nido de intrigar y de envidias para ambas), situando su hogar en La Tierra en donde tenían la libertad de gozar de la paz y la serenidad que la naturaleza y los campos les proporcionaban.
El punto de inflexión, siendo el origen del mito de Hades y Perséfone, ocurrió cuando este se enamoró de la joven que, en aquel tiempo, era sólo inocente. Por lo que ahora si podemos explicar con lujo de detalles porque se entrelazan estas dos figuras en uno de los mitos más interesantes.
¿Cuál es el mito de Hades y Perséfone?
Todo inicia cuando Afrodita le ordena a su hijo, Eros, que le clave una de sus flechas a su tío Hades, de manera que este pudiese contar con la dicha de enamorarse. La gran catástrofe de esto resultó en que el objetivo de su amor sería Perséfone.
Como esta vivía en la tierra, y Hades no podía controlar su deseo, tomó la decisión de raptarla y llevársela a su reino. El inframundo. La única intención que tenía era la de casarse con ella para que fuese su reina. Por lo que, en Sicilia, cuando la joven era custodiada de ninfas, terminó por secuestrarla.
Démeter no descansó, puesto que buscó a su hija por el mundo entero. Y, mientras lo hacía, descuidó por completo a la tierra. Por lo que esta sufrió la consecuencia de volverse infértil, toda una tragedia.
Como resultado de esto se vivió una gran hambruna en la raza humana, ya que los campos no les proporcionaban ningún producto comestible. Aparte, Démeter, llena de ira, castigó a las ninfas por no haber cuidado bien de su hija, lo que las llevó a ser ahora unas de las primeras sirenas.
El rescate ordenado por Zeus
Zeus conocía que Perséfone estaba retenida en el inframundo, por lo que le ordenó a Hermes (el único capaz de pasar de la tierra al mundo de los muertos) que fuese como un mensajero para poder mediar la liberación de la joven diosa.
Hades accedió a la propuesta de rescate de Perséfone del inframundo, pero con la condición de que la joven no comiese nada hasta que saliera de su reino. Hábilmente, este engañó a su enamorada para que ingiriera unas semillas de granada, por lo que una vez en el exterior el dios invalidó el trato con un testigo del hecho.
Démeter no podía estar más que furiosa, por lo que le dio un ultimátum a Zeus: le dijo que si su hija no volvía a su lado convertiría a la tierra infértil por siempre. Por lo que el padre de los dioses tuvo que llegar a una solución salomónica.
Perséfone tendría permitido el pasar 8 meses en el mundo exterior, con su madre, y los otros 4 (que correspondían a los 4 granos de granada que había ingerido) los viviría en el inframundo en la compañía de Hades, periodo que correspondía al invierno.
Es por ello que durante tiempos de invierno la tierra se vuelve infértil, y nada da frutos, por el dolor que sufría Démeter siempre que tenía que separarse de su hija. Sin embargo, apenas Perséfone regresa a su lado, todo comienza a florecer de nuevo, y es cuando la primavera llega al mundo.
Un mito griego que impactó al mundo
Esta mito de Hades y Perséfone, impactó especialmente al mundo por la gran carga emocional que posee. En donde se muestra a una joven que, siendo inocente, se debe separar de su madre, causándole un gran nivel de dolor.
Especialmente en Grecia se cree mucho en el dolor de estas dos diosas, y se les hace celebraciones y ofrendas de manera que puedan ayudar a unirla un poco más para así favorecer a la agricultura durante las estaciones en las cuales todo vuelve a ser fértil una vez más.