¿Cuál es el origen del mito de Narciso y Eco?, ¿por qué a algunas personas se les llama “narcisistas” como algo malo?, conoce todos los detalles de un relato de amor no correspondido.
Si buscas un resumen del mito de Narciso y Eco has llegado al lugar correcto. Aparte, también sabrás acerca de la procedencia de los protagonistas de la historia, y la participación de dioses.
¿Quiénes son Narciso y Eco?

A Eco se le conoció por ser una ninfa protagonista de más de un mito y leyenda de la mitología griega. Esta es más que charlatana, y juguetona, que entretenía a la diosa Hera mientras que Zeus, su esposo, aprovechaba para ir a hacer de las suyas.
El momento en el que Hera se enteró de las infidelidades de Zeus castigó a Eco para que esta no pudiese hablar más nunca por sí misma, ya que lo único que podría hacer eran repetir las últimas palabras que esta escuchara.
No sólo maldita, sino también asustada, Eco decidió abandonar los bosques los cuales habitaba desde siempre para recluirse en una cueva que se encontraba cerca de un riachuelo, pues ya no soportaba el tener que repetir todo lo que escuchara decir a las personas, siendo una gran tortura psicológica.
Por otro lado, el otro protagonista de este mito es Narciso, un joven que gozaba de una gran belleza, pero que en el momento de su nacimiento se le predijo, por parte del adivino Tiresias, que si este se atrevía alguna vez a mirar su imagen en un espejo causaría su perdición.
Esto logró que su madre, quien se tomó muy en serio esta advertencia, evitara a toda costa que Narciso estuviese cerca de algún espejo, y otros objetos en los cuales este pudiese llegar a ver su reflejo. Ya con la introducción de los personajes, conozcamos el mito de Narciso y Eco.
¿Cuál es el mito de Narciso y Eco?

Narciso, siendo ya un muchacho, creció ignorando la enorme belleza con la que este contaba, lo que lo llevó a ser verdaderamente introvertido. Su pasatiempo favorito era el de dar largas caminatas, en donde tenía el tiempo que necesitaba para sumergirse en sus pensamientos.
En una de estas caminatas de tiempo incontable, de casualidad pasó cerca de la cueva en donde se encontraba Eco. Esta, al momento que lo vio (cabe destacar que Narciso aún no se percataba de su presencia), no pudo evitar el quedar fascinada por el hermoso muchacho.
Narciso por temas del destino repitió más de una vez el paseo cerca de la cueva de Eco, y ella esperaba siempre ansiosa el poder verlo. Incluso, en algunas ocasiones, esta lo seguía de lejos para tomarse el atrevimiento de admirarlo un poco más de cerca, y por más tiempo.
Un día, sin esta así quererlo, pisó una ramita seca. El ruido que esto ocasionó generó una reacción en Narciso, pues este volteó rápidamente y pudo descubrirla. Le preguntó qué hacía, por qué lo seguía, pero ella no podía hacer más que repetir las últimas palabras, y siguieron de esta manera por un rato.
Después de un periodo de frustración por parte de Eco, esta recibió ayuda de los animales del bosque para confesarle su amor a Narciso. Rompiéndole toda esperanza, la única respuesta que obtuvo del hermoso muchacho fue una carcajada, por lo que volvió apresurada y humillada a su cueva, en lágrimas.
Esto la llevó a encerrarse de forma permanente en su cueva, donde, gracias a la maldición, repitió para siempre las últimas palabras de Narciso “¡Qué tonta!, ¡Qué tonta!”. Lo que dejó nada más que su voz flotando en el aire hasta que la misma se consumió para siempre.
¿Conocías este mito de narciso y eco? Hay muchas preguntas y respuestas por esta historia que lo ha convertido en una de las más conocidas.
Otra versión del mito de Narciso y Eco

Existe una versión secundaria del mito de Narciso y Eco que nos cuenta que esta era la ninfa del agua, y que si podía hablar al momento que conoció al muchacho. Pero esto lo llevaba a pasar horas mirando su reflejo en el estanque.
La ninfa acudió a Afrodita por ayuda, ya que el joven no hacía más que ignorarla. Esta le otorgó un par de minutos de atención del muchacho, y la tarea de la ninfa era aprovecharlos para enamorarlo. De no ser así, quedaría condenada a repetir las últimas palabras del hombre.
Como se puede imaginar, la ninfa no lo logró. Pero Narciso tampoco salió impune de esto. Se piensa que la diosa Némesis, en presencia de todo, tomó provecho de uno de los paseos del joven para así despertar en él una sed más que poderosa, ambiciosa.
El joven recordó el riachuelo que se encontraba junto a la cueva de Eco y, mientras bebía de este, vio su propia imagen reflejada en el agua. Tal como Tiresias lo predijo, esto causó su perdición, ya que quedó tan admirado que murió de inanición en ese preciso instante.
¿Cuál es tu versión favorita?