El mito de Orfeo y Eurídice nos habla acerca de un hombre que amó a su enamorada incluso más allá de la muerte, tanto así que provocó su propia perdición bajo la inocencia del amor sincero. Sigue leyendo para que sepas quién es Orfeo, cómo vivió, cómo murió, y cómo logró estar para siempre con su amada, convirtiéndose en uno de los mitos más conocidos.
El Mito de Orfeo: ¿Quién fue Orfeo?
El origen del mito de Orfeo es un poco confuso, ya que principalmente se cree que este fue hijo de Apolo y Calíopo (siendo esta la versión más reconocida). Sin embargo, existen otros estudios que arrojan que el mismo realmente era hijo de Eagro, el rey de Tracia.
Lo que sí se sabe es que Orfeo era cantante y músico, que tenía una capacidad increíble cuando se trataba de conmover a cualquier ser vivo, sin importar si se trataba de animales o personas, siendo esta una de las principales características por las cuales se le recuerda.
Momentos tempranos en la vida de Orfeo relatan que este acompañó a Jason y a los Argonautas en su búsqueda del Vellocino de Oro, pero también en muchas otras gestas en donde se usaba el don que tenía de cantar para sacar ventaja ante los más complicados enemigos.
Por ejemplo, este era capaz de neutralizar el canto de las sirenas, conocidas ya que el sonido que emitían embelesaba a cualquier marinero y los llevaba hasta la muerte, por ahogo. También se le ameritaba en muchas situaciones de pelea, donde con su voz tenía la capacidad de apaciguar los ánimos.
¿Cuál es el mito de Orfeo y Eurídice?
La leyenda de Orfeo puede empezar cómodamente después del viaje con Jasón y los Argonautas. Este regresó a Tracia, en donde se encontró con una ninfa de nombre Eurídice, de la cual cayó enamorado por completo y gozó con la dicha de que el sentimiento era mutuo.
El romance fue floreciendo cada vez más con el paso del tiempo hasta que su amor era innegable para cualquiera, fue entonces cuando tomaron la decisión que debían casarse cuanto antes. Con esto en mente, y completamente decidido, Orfeo invitó a Himeneo, quien era el dios del matrimonio.
Para mala suerte de los novios, en el mismo día de la boda, Eurídice fue mordida por una serpiente venenosa, lo que le provocó la muerte de inmediato, lo que ocasionó un dolor irremediable en la vida de Orfeo, quien sentía que no podía seguir viviendo sin su amada.
Esto llevó a Orfeo a que bajar directamente al mundo de los muertos, con la intención de hacerle la petición a Hades de forma personal, quien era el dios del inframundo, que le devolviera a su amada, y este usó su mejor arma para hacerlo: el canto y las melodías.
Incluso Hades no se pudo resistir a los encantos que salían de las cuerdas vocales de Orfeo, por lo que estuvo de acuerdo en devolverle a su nada. Pero existía una sola condición: este no debía mirar atrás cuando dispusiese a irse del inframundo, ya que esta sería su perdición.
La tormentosa salida del inframundo
En este punto del mito de Orfeo y Eurídice ya estos se habían vuelto a reunir, en donde disponían salir juntos del inframundo, yendo Eurídice a un paso muy lento como consecuencia de la mordedura de serpiente que había sufrido, y la había llevado ahí en primer lugar.
En un momento, con la intención de mirar que su amada siguiera el paso, Orfeo no pudo evitar mirar atrás, lo que le trajo como consecuencia que Eurídice se desvaneciera, perdiendo así al amor de su vida por una segunda vez, siendo aún más insoportable de la primera.
Orfeo entró en un estado de shock luego de lo que vio, por lo que decidió volver a entrar al mundo de los muertos, sin embargo, esta vez se encontró frente a frente con Caronte, el barquero de la laguna estigia, y este no lo dejó pasar. Por lo que no le quedó más remedio de aceptar que había perdido a su amor para siempre.
El regreso de Orfeo a Tracia
El final del mito de Orfeo lo arroja de nuevo a Tracia, decidido a que no quería saber nada más de mueres, cosa que no le agradó a las Ménades, con quien mantuvo relaciones en las fiestas realizadas en honor a Baco.
Estas procedieron a atacarle despechadas, despedazándolo por completo a excepción de su cabeza, que había quedado intacta, y fue tirada al río hebreo, que la llevó al mar, terminó en la isla de Lesbos.
Se cuenta que la lira de Orfeo se quedó en el cielo como una constelación, y que su alma finalmente logró encontrar a Eurídice en el mundo de los muertos, en donde tuvieron la posibilidad de estar juntos, aunque realmente no tuvieron la oportunidad de hacerlo mientras estos tenían “muchos años por vivir”.
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