Las leyendas de Guanajuato se mantienen escondidas debajo de la hermosa fachada de la ciudad. Sin embargo, ¿transitando por sus calles te llegarías a imaginar que una vez el diablo también estuvo ahí?
Seguro conoces la leyenda de Guanajuato La Llorona o “El Callejón del Beso”. Sigue leyendo para que te enteres de esto y más, en un par de minutos.
Leyendas más populares de Guanajuato
Muchas veces, el encanto de los sitios que queremos visitar está en las historias urbanas que de ahí nacieron. En este caso, te contaremos 3 de las leyendas más populares de Guanajuato para que, una vez allá, sepas a qué atenerte, o no.
El Callejón del Beso
Se rumora que esta es una historia que pasó en un callejón tan estrecho que casi ni alcanzaba las 27 pulgadas de estrecho. Sin embargo, en él, se podían apreciar numerosos balcones, quedando uno en frente del otro, tan cerca como para que dos personas pudiesen besarse.
Sin embargo, este callejón no siempre se reconoció como tal. Lo que le otorgó el nombre fue el hecho de que la hija de un rico terrateniente recurría a este lugar cada tarde para besarse con un minero de la clase social, y económica, más baja que podamos imaginar.
Una vez el padre de esta mujer los descubrió en el acto, lleno de ira tomó una daga y procedió a clavarla en el corazón de su hija. Lo que se cree que dejó una maldición que puede obrar tanto para el bien de las parejas, como para el mal.
La leyenda se basa en que, si una pareja se besa estando parada en el tercer escalón de las escaleras, justo debajo de los balcones, tendrán 15 años de felicidad asegurada. En el caso de no hacerlo, les esperará atravesar al menos 7 años de horrible sufrimiento… lo mejor será no tentar al destino.
La leyenda del Cantador
José Carpio, quien nació en una minería, era el hijo de un minero. Cuando este tenía 22 años era un hombre tan apuesto que atraía a muchas mujeres jóvenes, gracias también a su atractiva voz de tenor, y la guitarra que la acompañaba. Gracias a esto de le reconocía como El Cantador.
Un triste día se recibió la noticia que el padre de este joven murió tras haber un accidente en la mina. Luego del hecho José decidió abandonar la música y más nunca volver si quiera a pensar en tocar la guitarra.
Al igual que su padre, Carpio inició su vida laboral en la mina, lo que lo llevaría a encontrarse una gran riqueza tiempo después. Tanta abundancia tenía que consiguió la oportunidad de iniciar su propio negocio en la explotación de la mina.
Con el paso del tiempo, José iba alcanzando cada vez más nuevos niveles de prosperidad. Y, con ello, se empezaron a escuchar los sonidos que desprendían de su guitarra en todo su barrio. Fue entonces cuando el área alrededor de este lugar, que se llama Jardín de las Flores, se bautizó como El Cantador.
El Truco
En la calle El Truco (en ese tiempo conocida como Los Guadalajareños), a las 6:00 p.m. era costumbre de los más afortunados de la ciudad se reuniesen no sólo a jugar, sino también a apostar grandes cantidades de dinero en diversos juegos, siendo el más popular de ese entonces el truco.
Fue entonces cuando un hombre con una gran fortuna, y una esposa hermosa, empezó a visitar la calle y a jugar el truco. Un día se encontró con un anciano forastero que quiso unirse a la partida, y fue tanta la pérdida del afortunado que no sólo fue despojado de sus tierras, sino también de sus posesiones y su mujer.
Desde ese momento se piensa que el anciano con el cual jugó era el diablo, el mismo que se llevó a la esposa y al hijo pequeño del hombre. Después de que ocurrieran estas atrocidades, el hombre, ahora pobre, terminó por suicidarse de un disparo en la cabeza.
Cuenta esta leyenda de Guanajuato que todavía es posible mirar al hombre caminar a través de la calle, deteniéndose justo frente a La Casa del Truco, en donde espera la llegada de aquel forastero infernal para pedirle una revancha, y recuperar lo que perdió.
La llorona
Aunque se trata de una leyenda urbana de Guanajuato muy conocida, tanto que muchos países y pueblos de Latinoamérica afirma que existe allí, la verdad es que se originó aquí.
Trata sobre una mujer que llora desconsoladamente durante la noche, buscando a sus hijos “¿Dónde están mis hijos?” Pregunta durante toda la noche, donde debes tener cuidado si se te aparece y tus intenciones no son buenas.
La leyenda indica que se les aparece más que todo a hombres infieles o a personas que son malos con los niños.